Opinión
Este
cuento nos demuestra que en la ficción, como muchas veces en la realidad, las
buenas acciones tienen su recompensa y las malas obras son castigadas. Nos
enseña, además, cómo con la inteligencia y la prudencia podemos resolver
situaciones adversas. Pero lo más importante y de lo que debemos tomar ejemplo,
es del cariño entre los dos hermanos. Se protegen continuamente y consiguen
superar todas las dificultades.
Hay
que desconfiar de las cosas y de los momentos “especialmente dulces” porque la
vida es dura y complicada, y si encontramos algo muy bueno debemos desconfiar
porque puede ser un truco y puede haber algo malo o peligroso detrás.